La tecnología blockchain cada día tiene más aplicaciones y ventajas, y una de ellas acaba de salir a la luz de forma totalmente repentina: los tokens no fungibles, también llamados, NFT. Sin embargo, puede que esto no te diga nada, así que de eso mismo vamos a hablar hoy, con más profundidad.
¿Qué son los NFT?
Como hemos dicho, los blockchain tienen multitud de aplicaciones y una de ellas es la posibilidad de crear activos digitales o criptoactivos.
¿Cómo funcionan los NFT?
Imagínate que tienes un cuadro, una escultura, o incluso un audio de Whatsapp. Bien, pues el proceso de ‘tokenización‘ comienza con la digitalización de ese activo, en una plataforma blockchain. Así, creamos una base de datos electrónica donde se va a recoger la titularidad de cada derecho.
Es decir, que se va a crear un registro donde puedas ver la titularidad del bien, y que va a cambiar en función del cambio de titularidad, de manera que sabrás perfectamente quien es el titular.
¿Qué ventajas y desventajas tienen los NFT?
Se ha hablado mucho en redes sociales sobre los NFT, sobre sus ventajas para artistas y creadores de contenido y el grado de especulación que conlleva su creación, uso y compra. Pero, ¿Qué hay de cierto en todo esto?
Para empezar, los tokens no fungibles han cobrado mucha importancia últimamente dado que se trata de una tecnología totalmente nueva y disruptiva. Hasta ahora, asegurar la autenticidad y propiedad de un activo digital era algo impensable, ya que se pueden hacer infinitas copias y resulta complicado a primera vista saber cuál es la imitación y cuál no sin mirar el código fuente de dicho archivo.
Todas estas contras se desvanecen con los NFT, de manera que son únicos e irrepetibles en su especie. Además, su valor está ligado de manera intrínseca a archivos digitales como imágenes, vídeos, marcas o incluso textos (como el reciente código original de la World Wide Web que se subastó por el creador e inventor de internet, Tim Berners-Lee).
Esto abres las puertas a infinitas oportunidades de negocio, de forma nunca antes vista.
Pero todo tiene su parte mala. Y los NFT cojean por su falta de seguridad, ya que las plataforma en las que se adquieren estos ‘tokens’ son más susceptibles a ‘hackeos’ y ataques informáticos, ya que se utilizan ‘smart contracts’ e interfaces adicionales para controlar los mismos.
Los tokens no fungibles han llegado para quedarse, pese a que cuentan tanto con creyentes como detractores, sin ninguna duda se trata de un cambio totalmente radical en términos de propiedad intelectual y digital, en un mundo cada vez más tecnológico.